La gestión forestal sostenible persigue BOSques SANOs y VAriados con capacidad para afrontar cambios inciertos. El clima, los nuevos usos demandados a los bosques y la percepción que de ellos y de su gestión tiene la sociedad, incluidos administradores y científicos, son las claves que determinarán en el futuro la estructura y la composición de los bosques.
El abandono de los usos tradicionales conlleva cambios en las dinámicas forestales. Por otro lado, el calentamiento global representa una amenaza para las comunidades vegetales que han de ser capaces de adaptarse a condiciones climáticas cambiantes. Comprender estos cambios es imprescindible para establecer medidas de gestión y conservación sostenibles que garanticen los usos de los bosques y fomenten los valores de biodiversidad de los espacios naturales.
En la Comunidad de Madrid (CM) existen dos sistemas forestales de especial valor sujetos desde hace cuatro décadas a fuertes dinámicas de cambio: El Hayedo de Montejo de la Sierra y los rebollares o montes bajos de Quercus pyrenaica. En el primero, las altas densidades del regenerado representan nuevas dinámicas para este antiguo monte adehesado, las cuales pueden estar afectando a la mortalidad de las grandes hayas (Fagus sylvatica) y al decaimiento del roble albar (Quercus petraea), dos especies de interés especial en la CM recogidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. En el segundo, la degradación del arbolado, que se evidencia por el escaso desarrollo de los sistemas aéreos, el puntisecado de los árboles y la falta de fructificación, representa un reto para la gestión de una gran superficie forestal española (24.000 ha en la CM) y una amenaza para estos montes que históricamente han provisto de valiosos recursos a las poblaciones rurales.
Ambos ecosistemas presentan diversidades funcionales y estructurales muy contrastadas como resultado de la distinta gestión histórica aplicada con fines productivos hasta hace cuatro décadas. Desde entonces, los grandes cambios socioeconómicos han provocado el abandono de la gestión tradicional, desencadenando cambios notables en las dinámicas de ambos sistemas, cuyos patrones y consecuencias para la evolución de sus masas forestales son desconocidos.
Desde una perspectiva multidisciplinar (aproximaciones ecofisiológica, dendroecológica, genética, etc) y trabajando a distintas escalas (individual, de rodal y de paisaje), el Proyecto BOSSANOVA tiene como objetivo general aproximar medidas conducentes a la sostenibilidad de la gestión de los sistemas forestales, conservando sus valores actuales y evaluando y fomentando su biodiversidad estructural, intra e inter-específica, no sólo en estos enclaves, sino también en un rango territorial mayor a través del análisis de los procesos implicados en la distribución, expansión y diversificación de las especies forestales y arbustivas a escala de paisaje.